Una vez más

Un portazo anunció la llegada de Fernando a casa. El golpe hizo temblar los cuadros de la pared y asustó a una paloma que estaba posada en la cornisa de la ventana, que echó a volar; pero no a su mujer. Bárbara asomó la cabeza por la puerta del cuarto de lectura, corroboró la llegada de su marido y volvió a meterse sin saludarlo. Al percatarse de ello, Fernando fue a su encuentro.

—¿Ya no saludas?
—No si traes tus problemas contigo.

Fernando dio un respingo y tragó un nudo. Miró al suelo un largo rato y cuando alzó la vista musitó una disculpa que Bárbara aceptó alzando las cejas en señal de advertencia. A continuación él se fue al dormitorio, se acostó boca abajo en la cama y comenzó a sollozar.
Seguir leyendo «Una vez más»

Érase un relato

Érase un relato muy realto que de boca en boca fue transitando, desde el valle más vallado hasta la costa más costosa. Aquel relato cantaba sus cuentos y contaba sus cuentas como quien mezcla sus recuerdos con sus deudas, y sin embargo a todos dejaba embelesados con sus vivencias. No rimaba ni remaba, ni se iba por las ramas aquel relato de marras, que, concretar, no concretaba, mas todo el mundo lo escrutaba. Al cabo del tiempo ya caía pesado y acabaría en pesadilla, con un fiambre en la fiambrera y un listo en el listado de los más buscados.